"Nacimiento de la Virgen" Palencia, hacia 1515-1525 Óleo sobre tabla. 65 x 48 cm. Incorporada en fecha reciente al catálogo de obras del pintor, se trata de un compartimento de retablo que, por sus dimensiones, pudo formar parte de una predela. La composición destaca tanto por la profundidad que traza el lecho en el que reposa santa Ana después de dar a luz a la Virgen, como por la cotidianidad que desprende la escena. Así, una de las parteras seca pañales a la lumbre del brasero, mientras la otra ofrece un plato de comida a la parturienta. No menos interesante es la dulzura del juego de miradas que se traza entre Ana, Joaquín y la recién nacida. En cuanto al autor de la obra, se trata del Maestro Alejo, también conocido como Maestro de la Calzada, uno de los pintores más interesantes del primer Renacimiento en tierras castellanas. Como indica Albert Velasco en su estudio de esta pintura: " La atribución de la obra no presenta dudas, ya que corresponde a un pintor con un estilo muy peculiar y definido, el Maestro Alejo, activo entre finales del siglo XV e inicios del XVI en la región de Palencia. Encontramos en la tabla todas las características que definen el estilo del pintor, (definidas en SILVA 1990, vol. III, pp. 913-918) como los personajes de marcada expresividad y notable gestualidad, con rostros muy definidos y personales, casi individualizados. Sus ojos son abultados y globulares. Las narices, rectilíneas y grandes, muestran la punta redondeada. Los labios, muy carnosos y siempre de vivo color rojo. Las mejillas redondeadas y sonrosadas son otro de los rasgos más característicos del pintor, así como las frentes amplias y despejadas. Las manos acostumbran a ser delicadas, aunque en ocasiones vemos que los dedos se alargan demasiado o se escapan de la normalidad en sus posturas. Las indumentarias que lucen los personajes son siempre de tonos vivos, con abundantes pliegues quebrados y, en ocasiones, con apariencia tornasolada, como vemos en la indumentaria de Joaquín. En definitiva, nos hallamos ante un maestro de léxico tardogótico que mantiene conexiones con el arte de Fernando Gallego especialmente en lo relativo a los rostros expresionistas y angulosos, y también en el tratamiento de los pliegues de la indumentaria". Respecto a la identidad del autor, como indica Velasco: "El Maestro Alejo es un pintor a quien no tenemos documentado, pero que conocemos a partir de una tabla autógrafa con la representación del Profeta Moisés conservada en su día en la colección de Josep Gudiol. Al tratarse de una obra firmada, sirvió para crear la personalidad del pintor y articular su catálogo de trabajos. El descubrimiento de dicha tabla supuso la fusión de su personalidad con la del antiguo Maestro de Sirga, autor de dos retablos para la iglesia de Santa María la Blanca de Villalcázar de Sirga (Palencia), uno dedicado a la Virgen que preside el altar mayor del templo, y otro dedicado a san Antonio de Padua. Con todo, no existe unanimidad historiográfica entorno al Maestro Alejo, pues mientras hay quien piensa que es un pintor distinto del denominado Maestro de Calzada, otros consideran que ambos integrarían una sola personalidad, como es el caso de Isabel Mateo. Los defensores de la primera opción consideran que el Maestro de Calzada (hacia 1500-1530) se habría formado al lado del Maestro Alejo (hacia 1485-1515). Personalmente, coincidimos con la segunda de las propuestas y preferimos considerarlos como un solo artista". Procedencia: París, colección particular; Londres, Rafael Valls Gallery (1985); Nueva York, Sotheby’s, 5 de abril de 1990, lote 348; Italia, colección particular (2020). Bibliografía: Isidro Puig Sanchis, "El Maestro de Portillo y el Maestro de Calzada. Sobre el dibujo subyacente y nuevas atribuciones", Archivo de Arte Valenciano, 101, 2020, pp. 84-86, fig. 3 (reproducida) Se adjunta informe del Dr. Alberto Velasco
"Nacimiento de la Virgen" Palencia, hacia 1515-1525 Óleo sobre tabla. 65 x 48 cm. Incorporada en fecha reciente al catálogo de obras del pintor, se trata de un compartimento de retablo que, por sus dimensiones, pudo formar parte de una predela. La composición destaca tanto por la profundidad que traza el lecho en el que reposa santa Ana después de dar a luz a la Virgen, como por la cotidianidad que desprende la escena. Así, una de las parteras seca pañales a la lumbre del brasero, mientras la otra ofrece un plato de comida a la parturienta. No menos interesante es la dulzura del juego de miradas que se traza entre Ana, Joaquín y la recién nacida. En cuanto al autor de la obra, se trata del Maestro Alejo, también conocido como Maestro de la Calzada, uno de los pintores más interesantes del primer Renacimiento en tierras castellanas. Como indica Albert Velasco en su estudio de esta pintura: " La atribución de la obra no presenta dudas, ya que corresponde a un pintor con un estilo muy peculiar y definido, el Maestro Alejo, activo entre finales del siglo XV e inicios del XVI en la región de Palencia. Encontramos en la tabla todas las características que definen el estilo del pintor, (definidas en SILVA 1990, vol. III, pp. 913-918) como los personajes de marcada expresividad y notable gestualidad, con rostros muy definidos y personales, casi individualizados. Sus ojos son abultados y globulares. Las narices, rectilíneas y grandes, muestran la punta redondeada. Los labios, muy carnosos y siempre de vivo color rojo. Las mejillas redondeadas y sonrosadas son otro de los rasgos más característicos del pintor, así como las frentes amplias y despejadas. Las manos acostumbran a ser delicadas, aunque en ocasiones vemos que los dedos se alargan demasiado o se escapan de la normalidad en sus posturas. Las indumentarias que lucen los personajes son siempre de tonos vivos, con abundantes pliegues quebrados y, en ocasiones, con apariencia tornasolada, como vemos en la indumentaria de Joaquín. En definitiva, nos hallamos ante un maestro de léxico tardogótico que mantiene conexiones con el arte de Fernando Gallego especialmente en lo relativo a los rostros expresionistas y angulosos, y también en el tratamiento de los pliegues de la indumentaria". Respecto a la identidad del autor, como indica Velasco: "El Maestro Alejo es un pintor a quien no tenemos documentado, pero que conocemos a partir de una tabla autógrafa con la representación del Profeta Moisés conservada en su día en la colección de Josep Gudiol. Al tratarse de una obra firmada, sirvió para crear la personalidad del pintor y articular su catálogo de trabajos. El descubrimiento de dicha tabla supuso la fusión de su personalidad con la del antiguo Maestro de Sirga, autor de dos retablos para la iglesia de Santa María la Blanca de Villalcázar de Sirga (Palencia), uno dedicado a la Virgen que preside el altar mayor del templo, y otro dedicado a san Antonio de Padua. Con todo, no existe unanimidad historiográfica entorno al Maestro Alejo, pues mientras hay quien piensa que es un pintor distinto del denominado Maestro de Calzada, otros consideran que ambos integrarían una sola personalidad, como es el caso de Isabel Mateo. Los defensores de la primera opción consideran que el Maestro de Calzada (hacia 1500-1530) se habría formado al lado del Maestro Alejo (hacia 1485-1515). Personalmente, coincidimos con la segunda de las propuestas y preferimos considerarlos como un solo artista". Procedencia: París, colección particular; Londres, Rafael Valls Gallery (1985); Nueva York, Sotheby’s, 5 de abril de 1990, lote 348; Italia, colección particular (2020). Bibliografía: Isidro Puig Sanchis, "El Maestro de Portillo y el Maestro de Calzada. Sobre el dibujo subyacente y nuevas atribuciones", Archivo de Arte Valenciano, 101, 2020, pp. 84-86, fig. 3 (reproducida) Se adjunta informe del Dr. Alberto Velasco
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