FRANCESC LABARTA PLANAS (Barcelona, 1883 -1963) - Visión alegórica del Pilar de Zaragoza Óleo sobre tabla de 316 x 310 cm. Firmado. Francesc Labarta se formó en la Escuela de la Llotja, donde tuvo como maestros, entre otros, a Francesc Soler i Rovirosa Josep Pascó, Josep Lluís Pellicer, Hermenegildo Anglada i Camarasa y Arcadi Mas i Fontdevila. Colaboró en numerosos semanarios satíricos catalanes, como Papitu, con ilustraciones sofisticadas que pretendían reflejar la vida moderna. También se dedicó al dibujo artístico industrial, proyectando mosaicos, vitrales y alfombras, y a la pintura mural en iglesias y palacios como la decoración del Palacio Nacional de Montjuïc. Contrario a toda clase de improvisación, sus paisajes no fueron casi nunca modelos tomados directamente de la realidad, sino fruto de un meditado estudio. Hábil conocedor de la técnica, su estilo estuvo marcado por las normas tradicionales, la calidad de un trazo ágil y una paleta rica en tonos claros haciendo de sus composiciones, obras muy decorativas y atrayentes como este gran lienzo en el que Labarta nos presenta una original visión mitológica del Pilar de Zaragoza. Su temática popular, la frescura en el tratamiento de los personajes, el paisaje y el colorido tan elegante, hacen de esta pintura mural de encargo, una pieza muy especial para los devotos de la Virgen del Pilar y amantes de Zaragoza. A pesar de la lejanía, la Basílica y el río Ebro toman protagonismo. En primer plano, destaca la hermosa diosa griega Ceres portando el cuerno de la abundancia repleto de frutos y rodeada de palomas. Frente a ella en la ladera del río, en un prado serpenteante, realizado con pinceladas sueltas y valientes en tonos verdes marrones y ocres, destaca rezando, un grupo de baturros. En el cielo, cerrando la composición, como una visión, aparece un carro triunfal todo un alarde de fantasía y tradición.
FRANCESC LABARTA PLANAS (Barcelona, 1883 -1963) - Visión alegórica del Pilar de Zaragoza Óleo sobre tabla de 316 x 310 cm. Firmado. Francesc Labarta se formó en la Escuela de la Llotja, donde tuvo como maestros, entre otros, a Francesc Soler i Rovirosa Josep Pascó, Josep Lluís Pellicer, Hermenegildo Anglada i Camarasa y Arcadi Mas i Fontdevila. Colaboró en numerosos semanarios satíricos catalanes, como Papitu, con ilustraciones sofisticadas que pretendían reflejar la vida moderna. También se dedicó al dibujo artístico industrial, proyectando mosaicos, vitrales y alfombras, y a la pintura mural en iglesias y palacios como la decoración del Palacio Nacional de Montjuïc. Contrario a toda clase de improvisación, sus paisajes no fueron casi nunca modelos tomados directamente de la realidad, sino fruto de un meditado estudio. Hábil conocedor de la técnica, su estilo estuvo marcado por las normas tradicionales, la calidad de un trazo ágil y una paleta rica en tonos claros haciendo de sus composiciones, obras muy decorativas y atrayentes como este gran lienzo en el que Labarta nos presenta una original visión mitológica del Pilar de Zaragoza. Su temática popular, la frescura en el tratamiento de los personajes, el paisaje y el colorido tan elegante, hacen de esta pintura mural de encargo, una pieza muy especial para los devotos de la Virgen del Pilar y amantes de Zaragoza. A pesar de la lejanía, la Basílica y el río Ebro toman protagonismo. En primer plano, destaca la hermosa diosa griega Ceres portando el cuerno de la abundancia repleto de frutos y rodeada de palomas. Frente a ella en la ladera del río, en un prado serpenteante, realizado con pinceladas sueltas y valientes en tonos verdes marrones y ocres, destaca rezando, un grupo de baturros. En el cielo, cerrando la composición, como una visión, aparece un carro triunfal todo un alarde de fantasía y tradición.
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