Escuela flamenca; primera mitad del siglo XVII. “La educación de la Virgen”. Óleo sobre lienzo. Medidas: 82,5 x 65 cm; 104 x 86 cm (marco). En un interior oscuro el autor, plantea una escena completamente intimista. En él se puede apreciar como una madre repasa las labores de costura de su pequeña hija. Ambas se encuentran concentradas en su actividad, dirigiendo la mirada hacia la tela que está siendo bordada por la niña. Sus actitudes, activas hacia la labor, se definen por un gesto serio que armoniza con la sobriedad de la escena. A priori la imagen parece reflejar un momento cotidiano, propio de una relación materno filial del siglo XVII. Sin embargo, esta escena costumbrista esconde mucho más, acercando al espectador a una temática religiosa, a través de una imagen inspirada en la sociedad del momento. De tal modo que el artista consigue crear una empatía entre el extractor y el tema, acercando así la religión al fiel. La iconografía que alude a Santa Ana y la Virgen, apareció por primera vez a finales de la Edad Media y se populariza a partir del siglo XVI, figurando desde entonces el libro como atributo de santa Ana. Este tema fue centro de intensas discusiones en los círculos intelectuales de la Sevilla del periodo barroco. Dentro de la doctrina contrarreformista, la Iglesia dictó una serie de normas a los pintores, destinadas a regular el tratamiento de los temas más fundamentales de la doctrina católica, de forma que éstos resultaran comprensibles para el pueblo. En concreto la Virgen se convirtió en uno de los temas más queridos por los fieles católicos, dado que su inmaculada concepción fue puesta en duda por los protestantes. De ahí que proliferen en los siglos XVII, los ciclos de la vida de la Virgen, una de cuyas escenas es la referente a su educación. Aunque este tema suscitó controversia entre los intelectuales, porque ponía en duda la perfección de María, fue en cambio muy del gusto del pueblo por su carácter humano y realista. Las características técnicas de la obra, como son una gama cromática de tonalidades terrosa, las actitudes de los personajes protagonistas, y la influencia de una estética costumbrista, invitan a establecer ciertas conexiones con la obra del artista Michael Sweerts (Bruselas, 1618 – Goa, India, 1664). Además, cabe citar que Existe una obra pintada por Michael Sweerts muy similar a la que aquí presentamos, conservada actualmente en el Metropolitan Museum de Nueva York (reproducida en R. Kultzen, “Michael Sweerts (1618-1664)”, 1996, fig. 162, cat. nº R6). Existen indicios que llevan a pensar que Michael Sweerts , podría haber residido en la ciudad desde 1646, dos años antes. Hasta 1651 residió en Via Marguta, en la zona donde vivían varios de los bamboccianti, Pieter van Laer entre ellos. Esta escuela ejercerá una poderosa influencia en el arte de Sweerts, si bien éste se distanciará a través de unos modelos más idealizados y, especialmente, por medio de un tratamiento de la luz preciosista y virtuoso, relacionado con los pintores holandeses de interiores. Un elocuente ejemplo de este periodo es “Muchacho con turbante y ramillete de flores” (Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza). También se relacionó con la escuela romana contemporánea, como prueba el hecho de que asistió en 1647 a las reuniones de la Academia de San Lucas, si bien sólo como asociado, dado que no fue nunca miembro de la misma. Durante sus años en Roma Sweerts compaginó la pintura con misiones comerciales, representando a los Duetz, rica familia de comerciantes de Ámsterdam, a alguno
Escuela flamenca; primera mitad del siglo XVII. “La educación de la Virgen”. Óleo sobre lienzo. Medidas: 82,5 x 65 cm; 104 x 86 cm (marco). En un interior oscuro el autor, plantea una escena completamente intimista. En él se puede apreciar como una madre repasa las labores de costura de su pequeña hija. Ambas se encuentran concentradas en su actividad, dirigiendo la mirada hacia la tela que está siendo bordada por la niña. Sus actitudes, activas hacia la labor, se definen por un gesto serio que armoniza con la sobriedad de la escena. A priori la imagen parece reflejar un momento cotidiano, propio de una relación materno filial del siglo XVII. Sin embargo, esta escena costumbrista esconde mucho más, acercando al espectador a una temática religiosa, a través de una imagen inspirada en la sociedad del momento. De tal modo que el artista consigue crear una empatía entre el extractor y el tema, acercando así la religión al fiel. La iconografía que alude a Santa Ana y la Virgen, apareció por primera vez a finales de la Edad Media y se populariza a partir del siglo XVI, figurando desde entonces el libro como atributo de santa Ana. Este tema fue centro de intensas discusiones en los círculos intelectuales de la Sevilla del periodo barroco. Dentro de la doctrina contrarreformista, la Iglesia dictó una serie de normas a los pintores, destinadas a regular el tratamiento de los temas más fundamentales de la doctrina católica, de forma que éstos resultaran comprensibles para el pueblo. En concreto la Virgen se convirtió en uno de los temas más queridos por los fieles católicos, dado que su inmaculada concepción fue puesta en duda por los protestantes. De ahí que proliferen en los siglos XVII, los ciclos de la vida de la Virgen, una de cuyas escenas es la referente a su educación. Aunque este tema suscitó controversia entre los intelectuales, porque ponía en duda la perfección de María, fue en cambio muy del gusto del pueblo por su carácter humano y realista. Las características técnicas de la obra, como son una gama cromática de tonalidades terrosa, las actitudes de los personajes protagonistas, y la influencia de una estética costumbrista, invitan a establecer ciertas conexiones con la obra del artista Michael Sweerts (Bruselas, 1618 – Goa, India, 1664). Además, cabe citar que Existe una obra pintada por Michael Sweerts muy similar a la que aquí presentamos, conservada actualmente en el Metropolitan Museum de Nueva York (reproducida en R. Kultzen, “Michael Sweerts (1618-1664)”, 1996, fig. 162, cat. nº R6). Existen indicios que llevan a pensar que Michael Sweerts , podría haber residido en la ciudad desde 1646, dos años antes. Hasta 1651 residió en Via Marguta, en la zona donde vivían varios de los bamboccianti, Pieter van Laer entre ellos. Esta escuela ejercerá una poderosa influencia en el arte de Sweerts, si bien éste se distanciará a través de unos modelos más idealizados y, especialmente, por medio de un tratamiento de la luz preciosista y virtuoso, relacionado con los pintores holandeses de interiores. Un elocuente ejemplo de este periodo es “Muchacho con turbante y ramillete de flores” (Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza). También se relacionó con la escuela romana contemporánea, como prueba el hecho de que asistió en 1647 a las reuniones de la Academia de San Lucas, si bien sólo como asociado, dado que no fue nunca miembro de la misma. Durante sus años en Roma Sweerts compaginó la pintura con misiones comerciales, representando a los Duetz, rica familia de comerciantes de Ámsterdam, a alguno
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